(StatePoint) La vida puede ser complicada e impredecible. Y aunque no existe un “padre perfecto”, existen estrategias que pueden ayudar a su hijo a ser capaz de lidiar con las circunstancias difíciles a medida que surjan.
Conocidas en la comunidad pediátrica como experiencias adversas de la infancia, las circunstancias traumáticas como la muerte, el divorcio y la pobreza causan estrés a los niños, que con el tiempo puede volverse tóxico y afectar la salud del niño ahora y potencialmente en el futuro. De hecho, los adultos que han experimentado una o más experiencias adversas en la infancia o que están expuestos a desigualdades sociales crónicas continuas a lo largo del tiempo tienen un mayor riesgo de depresión, cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes y otras afecciones de salud durante su vida.
Por otro lado, según la American Academy of Pediatrics (AAP), las relaciones seguras, estables y enriquecedoras pueden actuar como un poderoso amortiguador protector contra los daños biológicos del estrés tóxico en los niños y son clave para desarrollar la resiliencia. Según un informe recientemente actualizado de la AAP, cuando los niños se sienten conectados y apoyados en los primeros años, es más probable que se conviertan en ciudadanos sanos, competentes y educados más adelante en la vida.
“Una de las formas más importantes de fortalecer la resiliencia de un niño es generar momentos de conexión. Esto puede ser, por ejemplo, a través de la lectura compartida de libros, o participando en rutinas familiares y tradiciones comunitarias. La salud relacional es clave para combatir la adversidad y promover habilidades como la colaboración, la conexión y la comunicación, que son esenciales para ayudar a los niños a desarrollar resiliencia y prosperar”, dijo la Dra. Nerissa Bauer, pediatra especializada en salud conductual.
Después de sucesos preocupantes, la AAP sugiere recordar las 3 R: reafirmar, regresar a la rutina y regular:
1. Reafirmar. Recuérdele a su hijo que está seguro y es amado, utilizando la palabra y el tacto, y creando espacios seguros en el hogar.
2. Regresar a la rutina. Trate de mantener las rutinas habituales diarias y asegúrese de explicar cualquier cambio en el horario con anticipación. Esto puede promover una sensación de seguridad y normalidad para su hijo y le hace saber qué esperar.
3. Regular. Ayude a su hijo a aprender habilidades de “autorregulación” para calmarse y manejar sus emociones y comportamientos. Esto puede incluir respiración abdominal, estiramientos o tomarse descansos.
La Dra. Bauer también recomienda acudir a su pediatra cuando la paternidad se vuelve difícil. Los pediatras están capacitados no solo para monitorear el crecimiento físico de su hijo, sino también su salud socioemocional. Pueden ayudar a su familia a construir un sistema de apoyo, ya sea que un niño esté relativamente sano, tenga problemas continuos de desarrollo o comportamiento, o si su familia está pasando por momentos difíciles.
Los pediatras también quieren saber cómo están los padres y los miembros de la unidad familiar y si se sienten apoyados. En las citas médicas, su pediatra le puede invitar a compartir historias sobre su vida familiar y el estrés y las luchas diarias de la crianza de los hijos, así como a preguntar sobre sus propias experiencias de la infancia y las circunstancias de vida actuales. Por lo tanto, traiga sus preguntas e inquietudes.
La American Academy of Pediatrics brinda consejos y orientación para mejorar la salud relacional y ayudar a los niños a desarrollar resiliencia y enfrentar el trauma. Para obtener más información, visite healthychildren.org en español.
“Queremos asegurarnos de que todos los niños y sus familias tengan los recursos y las habilidades necesarias para prosperar”, dijo la Dra. Bauer. “Los pediatras siempre estarán dispuestos a escuchar, sin juzgar y con compasión”.
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Cómo ayudar a su hijo a superar el trauma y prosperar
August 13, 2024
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